¿Conoces la cultura Maker y los FabLabs?

¿Conoces la cultura Maker?, ¿sabes lo que es un FabLab? Te damos una pista: Do it Yourself (DYI), o lo que es igual: hazlo tú mismo.

Puede que aún no estés familiarizado con estos términos, pero estamos seguros de que muy pronto estarán en boca de todos.

La cultura Maker es una corriente cuyo origen parece que se remonta al año 2005, cuando Dale Dougherty lanza la revista «Make» para dar respuesta a una comunidad compuesta por un número cada vez mayor de DYEers, y responde a la idea de que todos somos capaces de desarrollar cualquier producto o idea en lugar de contratar a un especialista para que lo realice.

Los pilares sobre los que se sustenta el movimiento Maker son, en primer lugar, las herramientas digitales para el diseño y la fabricación: impresora 3D, cortador láser, escáner 3D, y el software CAD (diseño asistido por computadora).

Son herramientas que hasta ahora sólo habían tenido una aplicación industrial por lo que eran de gran tamaño y muy costosas. Ahora han llegado a las mesas de estos emprendedores con un precio y un tamaño mucho más reducido.

Esto no hubiese sido posible sin la liberalización del hardware (los componentes físicos con los que se fabrica una impresora 3D) y la aparición de software libre (programas informáticos que permite diseñar objetos e imprimirlos en tres dimensiones capa por capa).

Los makers se inspiran entre ellos para crear todo tipo de productos, desde robots o drones hasta diseños de moda o prótesis. Comparten abiertamente sus conocimientos y sus logros en beneficio de todos. Todos los inventos que realizan deben estar disponibles para que otras personas puedan usarlos y aprender de ellos. Se trata de una “innovación viral” que está cambiando la forma de crear, fabricar y vender.

Para ello, utilizan espacios compartidos donde interaccionar, intercambiar ideas y sacar el máximo provecho a la tecnología. Existen cuatro tipos de establecimientos basados en la cultura Maker: Hackerspaces, Makerspaces, TechShops y Fab Labs.

Los Makerspaces son espacios de acceso público para diseñar, crear y compartir conocimientos e ideas.

Aunque el concepto aparece en 2005 en la revista “Make”, no se popularizó hasta 2011, cuando Dale Dougherty registró el dominio makerspace.com

Ponen a disposición de los individuos equipos y herramientas novedosos para la creación de prototipos y para el desarrollo de productos y proyectos que generalmente no serían posibles de no contar con estos medios.

Dentro de este grupo están los FabLabs (acrónimo del inglés Fabrication Laboratories) que forman parte de una red internacional de laboratorios locales creada en 2005 por el científico Neil Gershenfeld, director del Center for Bits and Atoms (CBA) del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en el seno de su Media Lab. Esta red global fomenta la creatividad proporcionando a las comunidades herramientas de fabricación digital. Se diferencian del resto en que los requerimientos para pertenecer a ella en cuanto a la maquinaria son muy específicos. La red aporta un mayor apoyo operativo, educativo, técnico, financiero y logístico que el que puede tener un único laboratorio.

Turbinas solares e hidráulicas, ordenadores, redes de datos wireless, casas personalizadas, instrumentos de análisis para la agricultura y la salud o máquinas de prototipado, son algunos de los proyectos que pueden desarrollarse en ellos. En la actualidad existen 1.155 Fablabs en el mundo.

Los TechShops, considerados también Makerspaces, es un grupo de espacios con fines lucrativos que comenzó su andadura en 2006 en California, y que se llamó a sí mismo «el Primer Taller Público de Acceso Abierto en América”. Fueron los establecimientos pioneros en ofrecer acceso público a talleres o workshops y también fueron los primeros en ofrecer la posibilidad de trabajar con máquinas de alta tecnología y que dispusieron infraestructura a sus miembros. Existen 14 TechShops, 10 de ellos en Estados Unidos.

Ambos conceptos (Fablab y TechShops) surgieron antes que la idea de Makerspace.

Por su parte, los Hackspaces suelen estar más asociados a campos como la ingeniería, programación y diseño gráfico. Además, incluyen talleres de diseño y fabricación de circuitos y dispositivos electrónicos y herramientas de prototipado, generalmente en el ámbito de modificación de hardware o componentes relacionados con la informática. Según la lista de la wiki de Hackerspaces  existen 2.181 centros en todo el planeta, 1.356 ya están operativos y 353 en construcción.

En todos estos espacios también se pueden impartir cursos sobre tecnología, innovación y diseño, se realizan actividades sociales y se desarrollan proyectos grupales.

Europa acoge el mayor número de FabLabs y Makerspaces y fue en este continente donde nacieron proyectos innovadores como el lenguaje de programación de Arduino, los microordenadores Raspberrimicro:bit o RepRap (impresoras 3D de código abierto, low cost y autorreplicacables) .

Cuarta revolución industrial

Pero ¿se trata aún de una utopía o estamos ante un cambio de modelo de consumo e incluso de una cuarta revolución industrial?

La impresión en 3D estará entre las tecnologías disruptivas que más cambiarán el mundo durante la próxima década. Así lo señala un informe realizado por la consultora McKinsey, que también añade que la fabricación directa de pequeñas series y productos personalizados, junto con la producción maker, serán las principales fuentes de generación de un negocio que alcanzará entre 230.000 y 550.000 millones de dólares anuales en una década.

Asimismo, el Global 3D Printing Report 2016, elaborado por la consultora EY, subraya que la tecnología de impresión en 3D crecerá hasta el año 2020 a un ritmo del 25% anual.

Datos aportados por la consultora Context exponen que este año el crecimiento de las ventas de impresoras en 3D personales será de un 40%, aunque la penetración de dicha tecnología en gran consumo aún sigue lejos de realizarse a media o gran escala.

Parece que, al menos en el corto plazo, no dejaremos de ir a comprar a las tiendas para fabricar nuestros productos en casa, pero no cabe duda de que se trata de un fenómeno imparable. ¿Llegaremos a vivir en un futuro en una fab city? Quien sabe…

El tema de la cultura Maker da mucho de sí así que, ¡no terminamos aquí! En próximos post hablaremos de los FabLabs en España y de la impresión en 3D aplicada al campo de la salud. ¡No te los pierdas!

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